KOKORO de NATSUME SOSEKI

9788415979128

Editorial: IMPEDIMENTA
Año edición: Madrid, 2016
Traducción: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés

Esta es la lectura del Club Pickwick del mes de septiembre y me ha ilusionado mucho, porque al fin me enfrentaba a una nueva lectura y no a una reelectura, que siempre son interesantes pero no tienen la magia ni la fascinación del encuentro con lo desconocido. He de señalar que Natsume Soseki no es nuevo para mi. He tenido un  encuentro con este escritor, con su libro «Soy un Gato» (Impedimenta , 2010), pero la lectura de Sokoro me ha llevado a mayor interés por sus escritos y ahora estoy inmersa en «El minero» (Impedimenta, 2016), del que próximamente haré una reseña (a diferencia de Kokoro donde hago un análisis más profundo).

 

KOKORO LA NOVELA

Kokoro es la historia de un joven, sin nombre, que el autor identifica como YO (es el narrador), y que busca llenar un vacío  kokoro«existencial» en su vida. Es una historia de soledad, compartida y vivida individualmente, entre dos hombre de diferentes generaciones «Yo» y el maduro «Sensei»(en español es maestro, sabio, persona docta). Cuando Yo conoce a Sensei, con una obsesiva admiración y amor, intenta aprender de él esa carencia de conocimiento de la vida que le falta. Pero encuentra a un ser introspectivo, taciturno, misántropo, atormentado y solitario que guarda un secreto, y que a pesar de intentar un acercamiento mas profundo, incluso a través de su mujer y de averiguar lo que ocurre tras ese personaje tan peculiar y fascinante que es Sensei, no encuentra respuestas, sino mas interrogantes. Finalmente será el propio Sensei  el que le cuenta la causa que ha sido un peso constante en su vida y que ha determinado  esa personalidad solitaria haciéndolo  sencillamente a través de una carta. Dicha carta responde preguntas, pero también nos crea cuestiones e incertidumbres. Kokoro es, en resumen, una historia de soledad, de miedo, de culpa pero también de amor y respeto, de tradición y modernidad, individualidad y en el fondo traición. Es una historia de corazones individuales que crean una historia de sentimientos comunes.  Traducir el término «Kokoro» del japonés al castellano es entender el núcleo de la historia de estos hombres, y también mujeres, entrelazados por el destino. Sin duda es una obra indispensable para todo buen amante de la literatura, especialmente de aquella que no está destinada al entretenimiento, sino al conocimiento del ser humano que va más allá del contexto cultural en la que se desarrolla. Escrita con frases cortas, sin duda la influencia del haiku, debemos imaginar, crear, percibir,…más entre las palabras no escritas que en las frases del narrador. Una novela que esconde más de lo que las palabras nos dicen…sólo leer y pensar…en el silencio está la historia.
Analicemos pues,  detalladamente esta magnífica y sútil obra, que aunque sea considerada la primera gran obra moderna japonesa siguiendo los llamados «cánones» occidentales, me retrotrae muchas veces a lo visual de la literatura de la era Edo, a la sonoridad del  haiku, es una novela construida como una bella ceremonia del té, detallista, misteriosa, introspectiva y que nos deja un cierto gusto amargo. Detengámonos más detalladamente, por lo que a partir de ahora, es un aviso,  entraremos en el misterio de Sensei. No obviaremos el misterio que esconde y daré una visión de aquellos puntos que me han supuesto mas interesantes…aunque  son tantos, que sin duda es un libro que requiere  una reelectura.

INTRODUCCIÓN

Para entender Kokoro deberíamos tener, quizás, algún conocimiento de la cultura japonesa, para descubrir ciertas sutilezas o hechos que quizás pasen desapercibidos pero que tienen gran importancia. La cultura japonesa siempre me ha fascinado, supongo será deformación «académica». En concreto esa manera de entrelazar lo tradicional con lo moderno, y de ello tiene mucho esta novela. Pero sería tedioso hacer un resumen de determinados rasgos de la cultura japonesa, primero porque nadie podría dar unos rasgos resumidos de una cultura sin caer en el tópico y segundo por la riqueza, complejidad y lo diferente e incomprensible que puede llegar a ser ésta cultura, incluso hoy en día, partiendo de nuestra occidentalizada forma de ver el mundo. Lo que si es conveniente es situar a Kokoro en un determinado contexto histórico muy importante en la historia del Japón: La Era Meiji
mei2La llamada Restauración Meiji (la palabra Meiji significa : Era de culto a las reglas) supuso en el año 1868 la desaparición final del Shogunato Tokugawa que duró 285 años (gobierno militar de los llamados Shogun) poniendo final al período Edo (1603-1867), devolviendo el control del país al gobierno presidido por la figura del Emperador Mutsuhito (el emperador Meiji ). Para escenificar este nuevo orden, la capital fue trasladada de Kioto, donde estuvo situada desde el 794, a Tokio (Capital Este), nuevo nombre para Edo .En un contexto más amplio, sin meiji-emperorembargo, la Restauración Meiji  de 1868 llegó a ser identificado como una era de grandes cambios en lo político, social y económico (1868-1912), que provocó una modernización y Occidentalización del país. Japón durante esta época de transformaciones tuvo un gran éxito en la organización de un estado industrial, capitalista siguiendo los modelos occidentales. No fue fácil para Japón cuando comenzó a aplicar estas  enseñanzas occidentales tanto en el interior de la nación (tradición versus modernismo, que vemos reflejado en la literatura de Soseki), como con las potencias extranjeras de tal manera que Occidente reaccionó negativamente a la aparición de una nación no «blanca y advenediza» que entraba a jugar en la carrera por los recursos naturales y mercados comportándose como un igual. La muerte del emperador Meiji en 1912 puso fin a estos 45 años del inicio de un cambio trascendental  e imparable que supuso para Japón esta fundamental época de su Historia. A su muerte le sucedió en el trono el emperador Taishō, dando comienzo a la Era Taishō.

KOKORO: UNA HISTORIA EN TRES PARTES

SENSEI Y YO: Yo o Narrador (los nombraré indistintamente a lo largo del análisis) junto a un amigo, se dirigen a d13la  playa de Kamakura, pero este último debe dejarle allí por recibir una carta en la que su madre está enferma, «quedé allí solo y sin nada que hacer«. Es, en esa soledad inesperada, un tema trascendental de esta obra, cuando el Narrador visualiza en medio de la muchedumbre, por primera vez, a Sensei y queda totalmente subyugado por su presencia «Su circunspección me fascinó«, y como cual enamorado, cada día buscaba y anticipaba su presencia en la playa y entre la multitud. El acercamiento, irrefrenable, sucede en el mar, de manera silenciosa, sigilosa, callada y como un coqueteo juguetón, Yo nada con él y es, allí, en el mar alejado de la multitud, los dos solos, donde por primera vez se produce el acercamiento y las primeras palabras «Es divertido, ¿no cree?…¿Volvemos?«, mientras ellos sólo flotaban en el agua. Son estas sencillas palabras las que producen un «alejado» acercamiento  a Sensei y gracias al cual le da pie a visitarlo mientras están de vacaciones en Kamakura.  Tras su vuelta a Tokio Yo decide visitar a Sensei, pero no lo encuentra y la esposa de Sensei le dice al joven que ha ido al cementerio Zoshigaya a visitar la tumba de un amigo. El Narrador camina hacía allí y encuentra a Sensei. Los hombres caminan por el cementerio, y aunque le llama la atención la presencia del joven permite su compañía mientras regresan a la casa de Sensei. «Sensei necesita dejarme claro que el no merecía la pena como amigo. Ahora sé que toda esa indiferencia por el afecto de los demás no era en realidad sino desprecio por si mismo«. Sensei con su forma de actuar, su silencio, su soledad, le da la pautas al joven de lo qué es y a dónde podrá llegar a conocer.  Yo, en esa avidez y atracción por Sensei intenta descubrir el  misterio que yace en aquel cementerio y comprende que tiene mucho que ver con el carácter reservado e introspectivo de él. Pero allí, recibe por primera vez la negativa para penetrar en su alma. Es curioso como esa negativa se escenifica con la visualización japonesa en la ilha-no-outono-coreia-do-sul-de-namiseom-64617987belleza de los elementos naturales, entrelazando lo esencial con lo natural «-Nunca has pensado en serio sobre la realidad de la muerte ¿no es así?. Me quedé callado. Sensei no dijo nada mas. . Al final del cementerio había un inmenso ginkgo, que ocultaba el cielo con sus ramas. -Dentro de poco este árbol se pondrá precioso-dijo él con cierto deleite-. El otoño muda de color sus hojas, y entonces un manto dorado tapiza por completo el suelo«. La belleza del Ginko, será una excusa para acercarse a la misteriosa tumba que visita mensualmente Sensei  «No se trata de dar un paseo , sino visitar un tumba«, entendió el mensaje, pasear entre las hojas amarillas era posible. La belleza viene con el fin de las estación con la caída de las hojas muertas que hacen hermoso el camino. Muerte y belleza. Como un suave haiku.
Yo, inicia el camino del conocimiento, de aplacar la soledad, aunque no sea consciente de la misma, es joven, no tiene misterios sólo tiene preguntas. Es curioso lo que le dice Sensei a ese mayor acercamiento «..,no hay mayor soledad que la juventud«, avisa a que no encontrará lo que busca, en dos seres solitarios ¿qué puede haber? Sensei le dice claro a Yo que no será capaz  de»..agarrar tu soledad y expulsarla de ti» . Pero sigue ese acercamiento por parte de Yo y ese dejar hacer, por parte de Sensei. Éste aunque dude de la constancia de Yo, no la niega y la permite…quizás quiera que se entrelazan sus mutuas soledades …o no, todo es parte del misterio. El Narrador, sigue en la búsqueda de misterio, es una obsesión que le lleva a acercarse a la esposa de Sensei, Shizu, y es en las conversaciones con ella, donde comprenderá el abismo queb60d859688449a6facc88abdcf9330f1 se abre entre Sensei y ese misterio que se guarda en aquel cementerio Zoshigaya. A la vez, intenta penetrar en  conocer  la relación extraña de Sensei con su mujer Shizu, por lo que los sentimientos de amistad con ella crecen también (pero de forma muy diferente, aquí todo es pausado pero arrítmico). Shizu explica a Yo que la muerte, no natural, de un amigo coincidió con ese lento descenso a la oscuridad introspectiva de Sensei. Yo entiende la necesidad de preservar el  misterio «Aún no voy a contar nada sobre aquella tragedia, una tragedia nacida de la historia de amor que los unió. Ninguno contó casi nada al respecto. En el caso de ella por pura discreción. En el caso de Sensei porque quizás tenía razones más profundas para guardar silencio.«. Shizu ama a su marido, pero Sensei esconde profundamente lo que le atormenta, y que ha supuesto que  su vida matrimonial  quedara fuera de su alcance emocional «Tu no tienes ningún defecto. Soy yo el único que está llena de defectos. recuerdo que sus palabras me produjeron una profunda tristeza. Cada vez que lo pienso no puedo evitar ponerme a llorar ¿qué es lo que hay en mí que tanto le desagrada?. Las lagrimas corrían por sus mejillas» cuenta Shizu al joven Narrador sobre las palabras que le decía Sensei y sus sentimientos respecto a ello. Mientras sucede esta lenta y sutil investigación, Yo debe dejar Tokio y  volver a su casa, su padre está enfermo. En su mente quedan las advertencias de Sensei y Shizu sobre la gravedad de su padre . 

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En su visita a su casa, se da cuenta que su padre esta enfermo pero no era como lo imaginaba. Allí mientras se entretiene con su padre, un hombre de campo, con una forma tradicional de vivir, Yo acaba comparándolo orig_photo107268_804639con Sensei «Di a comparar a mi padre con Sensei. Ambos eran tranquilos, ambos estaban retirados hasta el extremo de no existir  ya para el mundo y ninguno de los dos disfrutaba del reconocimiento social…, la compañía de mi padre no me satisfacía especialmente, mientras que la de Sensei, a quién nunca había visitado con el único objetivo de pasar el rato me había marcado profundamente…Pensaba en mi padre, pensaba en Sensei que no tenía ningún parentesco conmigo la comparación me hacia sentir tan aturdido como si me hubiera sido revelado una verdad fundamental sobre la vida«. Pero no sólo descubría esta contradicción entre su relación con su padre y Sensei, sino que se daba cuenta que su vida en Tokio era un anacronismo con la vida que tenía en el campo. Dos mundos que estaban en un constante choque cultural, consecuencia de lo que supuso la Restauración Meiji. Tradición y modernidad convivían, pero a la misma vez eran antitéticas. La cultura japonesa de hoy es el proceso de ese cambio que empezó en dicha Era, lo tradicional con lo industrial y posteriormente lo tecnológico, pero que en sus primeros momentos creaba una incertidumbre, una confrontación entre aquellos que se adaptaban y aquellos que permanecían fieles a sus costumbres milenarias.
Yo vuelve a Tokio y sigue su relación con Sensei pero también para termina su tesis, que ocurre en sintonía con lo natural, con la vida, interacción propia de la cultura japonesa «cuando las ramas  de los cerezos de doble flor ya empezaban a poblarse de hojas…«koishikawa-korakuen-garden-tokyo-japan13cd017l768. La libertad de finalizar sus obligaciones académicas le sirvió para dedicarse al introspectivo Sensei del que cada vez se sentía mas atraído por esa misteriosa  y cerrada forma de ser, que no dejaba ninguna apertura, excepto por pequeños haces de luces que dejaban ver pinceladas de su alma atormentada. Pequeñas frase que le creaban mas interrogantes, como la cuestión de la herencia y la enfermedad del padre de Yo, un tema que en un principio le parecía anodino, pero al que Sensei , con sus parcas palabras, les daba a estos hechos una importancia fundamental que escapaba a la comprensión de Yo. O ese odio visceral al dinero, que traía malos augurios, rompía familias…que parecía darnos una idea de Sensei como de un hombre tradicional sujeto a los antiguos cánones . Todo cambia cuando recibe malas noticias de su casa: su padre estaba mas enfermo. Le vino a su mente las advertencias de Sensei. Mientras va en el tren, Yo reflexiona sobre la muerte «Qué insignificante resultaba el ser humano! No podía dejar de admirarme ante la vanidad de nuestra existencia,  y ante la fugacidad de la vida. Un pensamiento, en fin, que ahondaba en mi convicción acerca de la extrema fragilidad del ser humano«. ¿Qué voy a decir sobre esto, pues lo vivo en cada instante de mi vida? Al fin y al cabo es una pregunta existencial y que todos, de alguna manera, llegamos a tener en determinados momentos de nuestra vida.
MIS PADRES Y YO:  Esta segunda parte, transcurre exclusivamente en el campo, en la casa de Yo.  Para mí es un intermezzo, un período de reflexión creado por Soseki, donde hace un paréntesis de una realidad muy ligada a los hechos históricos que iban a suceder.  Nos prepara, en los sentimientos, incertidumbres, en las propias contradicciones y luchas internas de Yo con la tercera parte : el desenlace.
A su llegada ocurre un hecho que puede parecernos sin importancia pero señala ese anacronismo de lo nuevo y lo antiguo. El Narrador vuelve a su casa y junto a él lleva consigo  su diploma de estudios pero que en un acto de insatisfacción existencial lo arruga, no le da importancia al valor académico de lo conseguido. Pero lo tokonomaprimero que le hacen ver sus padres es la importancia de aquel papel arrugado.  Su padre le dice estar orgulloso de su graduación  «…si te pusieras en mi lugar lo verías de un modo distinto. Lo que quiero decir que tu graduación representa más para mí que para ti. ¿Lo entiendes?«. Yo, queda mudo pero de vergüenza, pero también que esa obsesión con Sensei, en comprender los sentimientos de un ser que no quiere ser comprendido, obvió algo trascendental: que sus padres también tenían sentimientos «Me había comportado como un verdadero estúpido al no considerar en ningún momento sus sentimientos«. Al colocarse el diploma en el tokonoma, se siente renovado, por lo menos por un tiempo. Yo es un personaje existencialmente confundido y quizás su juventud le dé esa inconsistencia en lo que piensa y asume. Por tanto de nuevo sus continuas disertaciones, le llevan a la influencia universitaria y urbana adquirida en Tokio, anhelando la ciudad.  Siempre el «choque cultural» presente en los personajes, Yo está inmerso en esa constante lucha, Tokio es Sensei, que tiene una carga tradicional muy grande pero que también representa como Tokio una nueva Era (de ahí esa comparación con su padre).
Curiosamente es allí en el campo donde se enteran de la muerte del Emperador Meiji ,que trae como un hecho reflejado, una mayor decadencia del padre. Muere el artífice de una época de cambio fundamental para ese Japón presente y para el Japón del futuro que es él que nos ha llegado hasta hoy día, incluidos los incidentes históricos futuros. Pero muere también la época que precedió a la presente y que  aún mantenía vivos los antiguos vestigios de la Era del Shogunato, principalmente en zonas rurales. La muerte inminente del padre hace que llame a su familia (característica de la cultura japonesa fundamentada en el confusionismo). Su madre sigue preocupada por el futuro de Yo y le insta a que pida ayuda a su amigo Sensei. Algo reticente le escribe, pero no obtiene respuesta. Esta falta de respuesta le resulta incomprensible y decide volver a Tokio. Su padre empeora de nuevo y debe quedarse, nogicomo el anfitrión de todas las visitas que van llegando. Se siente más alejado de la realidad en la que está viviendo ahora, él ya no pertenece allí. Un hecho crucial que ocurre es el suicidio ritual del General Nogi, que tiene una importancia fundamental en la acciones finales de la novela. Mientras hace los preparativos de la inminente muerte de su padre  recibe carta de Sensei para que vuelva a Tokio. No habla nada sobre su solicitud de trabajo ¿por qué? Sensei siempre creándole misterios y dudas al joven Narrador. La incertidumbre aumenta cuando recibe nueva misiva indicándole que ya no es necesario. El padre empeora y Yo empieza a recordar las indicaciones de Sensei sobre la herencia. Especialmente respecto a la casa y a su madre (la viudedad es un hecho fundamental en ésta cultura) hay, por tanto, una preocupación de  fundamental en la cultura tradicional japonesa: la casa,  para una familia tradicional que vive en el campo, tiene una posición privilegiada en la memoria de los antepasados de la familia y por tanto de la continuidad de su identidad. Este hecho lo volveremos a tener presente más adelante con  la historia de Sensei. ¡Todo nos lleva a Sensei!.
Mientras se preparan para el acontecimiento de la muerte del padre que es sus delirios gritaba «Le pido disculpas General Nogi…Me siento muy avergonzado«, su muerte vista como un acto de interconexión entre las muertes del Emperador y del General. Es claramente una visión pesimista de un momento crucial de la Historia del Japón. El mundo para ellos cambió irrefrenablemente, y es ahora cuando el artífice de todo muere cuando surgen las cuestiones fundamentales. ¿Qué les espera?. Es la pregunta que hay en en trasfondo de esta concatenación de hechos que podrán parecernos aislados, pero que Soseki los entrelaza para darnos las pautas del momento en él que todo sucede ahora y,  lo que posteriormente sucederá.
Yo recibe, de nuevo, una larga carta de Sensei, lee someramente, pero le es imposible su padre esta en coma. Como vemos, sigue esa  lucha constante entre la responsabilidad tradicional y la atracción del maestro en Tokio. Lo vemos completamente atrapado,  sujetado por ambos lados, dos mundo, que tiran de lados contrapuestos ¿a dónde debe estar?. Debe dejar la carta porque su padre ya está cercano a la muerte. Cuando en un momento lee unas fatales letras «Cuando esta carta llegue a tus manos yo no estaré en este mundo. Habré muerto hace tiempo«, determinan su posición. Piensa en su situación que como siempre está inmersa en la dualidad y que volvía a ser  crítica. Debía elegir entre su padre o Sensei. La opción está tomada, deja todo dispuesto en una carta  (todo se deja en el silencio o en palabras escritas apenas hay dialogo) respecto a su padre y coge el tren hacía Tokio, allí leerá la carta que descubre el misterio de Sensei…la respuesta que buscaba, no es por sus propias palabras, ni siquiera en su querido Tokio, es en medio de la nada, en ninguna parte, es un viaje literal hacia el descubrimiento.

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EL TESTAMENTO DE SENSEI: Mientras va hacia Tokio lee la carta de Sensei. Empieza la misiva disculpándose por no haberle respondido y le dice que le contará ese misterio que le ha dejado convertido en un ser melancólico e introspectivo. Le escribe sobre la muerte de sus padres en su infancia y como su herencia quedó bajo el cuidado de su tío que, de manera rastrera acabó engañándolo, rompiendo con su familia y dejando su casa.  Como ya habíamos señalado anteriormente la casa en la cultura japonesa tradicional era un referente identitario . El hecho de que sea su propio tío «...lo odiaba, lo veía como el epítome de persona corriente y decente que se transforma, de buenas a primeras, en cuento huele el dinero. Por eso  no podía albergar la idea de que no hay nadie en este mundo digno de verdadera confianza«, su familia, su estirpe «A fin de cuentas, es la sangre lo que mueve el cuerpo«, aquello que le hace ser quien es, le provoca mucho daño y convertirá a Sensei en un ser que desconfía de la humanidad, en un misántropo.  Entendemos, ahora,  los consejos que daba al joven Yo sobre la herencia  y ese odio al dinero como un elemento que corroe al ser humano…él lo había vivido en sus propias carnes. El primer rasgo, que encontramos en Sensei, por tanto, esta lejos del cementerio Zoshigaya, sólo perfila desconfianza en las acciones de los seres humanos…la que sin ser consciente ( en otros momentos sí lo será) le llevara a ese gran sufrimiento interior.
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En Tokio, al que huye ya como un sujeto sin raíz, consigue alojarse con una viuda Okusan y su joven hija Ojyosan, de la que se enamora «Menospreciaba a las mujeres, cierto, sin embargo, no hestancia-japonesaallaba en mí el más mínimo  rastro de menosprecio a Ojyosan. Frente a ella todas mis teorías se desplomaban«. Aunque permanece un poco distante no quiere ser manejado, permanecía reticente, la traición de su tío había dejado una profunda huella de desconfianza creyendo ver  cierta «conspiración»: la posibilidad y deseo de la viuda de casarlo con su hija. Por otra parte tenía confusos los sentimiento hacia la hija «El apego que sentí por ella no era muy distinto del impulso religioso….Si el amor tuviera dos extremos , la sensación de santidad por un lado y el deseo carnal por otro, …yo me inclinaba más hacia la santidad. Soy un hombre…, pero ni  mi mirada ni mis pensamientos ansiaban nada físico«. Sensei por tanto, al igual que ocurrió con Yo, se encontraba en una dualidad conflictiva de sentimientos, por ello decide esperar, no quiere actuar sino dejar hacer y que el tiempo pase.  Mientras, convence a Okusan de que aloje a un amigo suyo de la infancia y que estudiaban juntos en la universidad, su nombre es K.
Aparece un personaje fundamental que permanece escondido entre las lineas del libro, del que nos sabemos nada pero que es el desencadenante desde la primera palabra hasta la última de esta novela. Es difícil definir a K, y terminada la novela, estoy seguro que  se necesitaría de una lectura exclusiva y crecería en importancia y complejidad en ese silencio que tanto le caracteriza, como el paso suave de unas geta sobre las hojas caídas de un cerezo o de un Ginkgo…no importa. ¿Quién es K? Era hijo de un monje budista, que al no ser primogénito fue adoptado por una familia que pagaron sus estudios de medicina, cosa que no estaba cumpliendo ya que realizaba otros estudios que creía odiando llevarlo una mayor realización personal. Cuando Sensei le reprochó el engaño, K respondió con una madura sinceridad «actuar como mis padres quieren supondría ir en contra del camino elegido«. Mientras todos dudan y están en constante conflicto el paradigma de K es saber lo que quiere, o eso creemos. Es una personalidad excéntrica debido a esa infancia de rechazo y religiosidad, y si encontramos algún conflicto en él, es el emocional y el religioso. Ocurre que K es repudiado por su familia al descubrir el engaño  en sus planes educativos, por lo que tuvo que buscar sus propios medios para seguir estudiando. Según Sensei es en ese momento cuando «Poco a poco se convirtió en un sentimental …como si cargara el peso del mundo sobre sus hombros…«, y es también cuando  K entra en escena en la casa de Okusan y de su hija Ojyosan.
Para Sensei, la entrada de K en la casa era una misión de transformación de ese carácter tan antitético que tenia K respecto a él «quería explicárselo todo, convencerlo de que no tenía razón…tenía unas convicciones profundísimas  y estaba dispuesto a seguir adelante como fuera , aunque ello lo condujera a la autodestrucción«. Pero K era un ser introspectivo, al modo confuciano, tenía una estricta forma de vida y un claro objetivo hacia la Virtud, que a su vez, estaba «impuro» al romper con un eje fundamental de la rectitud y de la vida asceta y confusionista : la familia.  A K no podemos comprenderlo sin entender el Confucianismo, pues es su camino de perfección que le hace vista-ventana-jardin-japonesser quien es: estoico, taciturno, introspectivo. La alegría de Yo es lo opuesto respecto el carácter casi hierático de K. Por otra parte, Sensei tiene ese  «dejar hacer y pasar «, ciertos tintes de «hombre superfluo», y ante la imposibilidad del cambio con el dialogo, decide dejar libre a K y que el ambiente en la casa de huéspedes haga la transformación «me consagré a humanizarlo. Convertí ese empeño en mi principal tarea….todo mi esfuerzo resultaría inútil si no lograba sentarlo aliado de una mujer…de algún modo eliminaría el oxido de su sangre«. Pero el resultado no fue el esperado. La desconfianza empezó a surgir en Sensei, algo que ya le era consustancial a su estado, lo veía en los pequeños detalles y llegando a suponer que entre K y OJyosan se estaba creando un sentimiento afectivo más allá de inquilino y arrendataria (mejor dicho hija). El lector al igual que el Narrador vé salidas y entradas, movimientos de puertas corredizas, sombras en las paredes…la incertidumbre tiene el sonido de pisadas del tabi sobre el tatami y en las palabras que surgen en la mente desconfiada de Sensei.
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En Sensei, la desconfianza le va a corroer poco a poco, olvida el objetivo de cambiar el carácter taciturno de K, sólo está preocupado por esa relación que percibe, pero de la que nada sabemos. Como estrategia decide anticiparse a lo que pudiera ocurrir  y contar a K sus sentimientos por Ojyosan, pero vuelve a actuar esa desidia con tan nefastas consecuencias para todos. La «no actuación» ese «dejar hacer» conllevan lo que no deseaba, las únicas palabras salidas fuera del camino de Virtud de K, es para confesarle que tiene un sentimiento hacia la joven «Supe que iba a decir algo , pero no sabía qué. Podrás imaginar mi aturdimiento  cuando confesó  que amaba apasionadamente a Ojyosan. Me quedé petrificado, como si sus palabras fuesen mensajeras de un terrible encantamiento. Me sentí incapaz incluso de abrir la boca«. La angustia y los celos llenan a Sensei. ¿Esperaba o no ésta confesión?. Sin duda alguna la desconfianza jugó en su contra, pero en el il_570xn-949036266_iojpfondo creía conocer a K  en su inquebrantable fortaleza hacia el camino elegido, hacía el perfeccionamiento interior. No podía esperar que apareciera un obstáculo en el camino de K: una  interrupción amorosa. Es curioso, como la misión primigenia de conversión de su amigo en un ser más social, se reconvirtiera 180 grados y la encaminará a asentar mas los planteamientos confucianos de K. Mas, no le bastó lo suficiente con indicarle de nuevo el camino «Mi mayor temor era que abandonase sus creencias y por ello lo hiciese chocar con mis intereses. en otras palabras actuaba por puro egoísmo «, sino que, para llegar a los efectos deseados y llevado por los celos  Sensei le recrimina con palabras y frases como «quién no tiene voluntad de crecer espiritualmente es un idiota«, poniendo en duda, por tanto , el propio ser que es K. Las consecuencias no las vemos, por el propio carácter de K, que no deja traslucir nada, es un telón negro de sentimientos (sólo roto en la confesión de amor). Imaginamos  lo que ocurrirá entre los silencios de las palabras escritas, entre las acciones y pensamientos de Sensei y conociendo ese mutismo e inaccecibilidad de K claramente las consecuencias: efecto de juicio y sentencia en un alma confusa y doliente en su camino hacia la Virtud.
A Sensei no le basta con crear la incertidumbre y la duda en K, sino, por primera vez, decide actuar. Una acción que se realiza con la intriga mezquina y engañosa de un traidor, a escondidas, adelantándose en pedir la mano de Ojyosan a Okusan. La viuda acepto la petición pues la desconfianza de Sensei  en un primer momento, respecto a este tema, es ahora confianza. Tras la pedida de mano, Sensei tenia puesta su preocupación , no en el rechazo posible de la joven, sino  por la actitud de K al saber de la traición cometida. No fue capaz de explicar a su amigo lo que acababa de hacer, la cobardía actuaba ahora en su razón, o la sin razón de los celos. Al final  K  llegó a enterarse por la viuda.  Lo único que pudo escuchar Sensei de lo que le había supuesto la noticia a su amigo, tras esa puñalada certera y traidora como Brutus ante la muerte de Cesar, fue un «Enhorabuena«. Dos días después K se suicidio.
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El Harakiri, se convierte en  una fuerza imparable que arrastra la personalidad de Sensei, y como en una especie de transmutación ese carácter introspectivo paso a Sensei, sin esa carga religiosa confusionista que anidaba en K. La huida hacia adelante de Sensei, dejando casa, refugiándose en los estudios y en los libros, fue también una huida hacia su interior «Sin embargo, día tras día, sentía como esa frágil esperanza se resquebrajaba aplastada por la implacable realidad«, nacía el Sensei que Yo conoció en aquella playa de Kamakura. La culpa y la traición cargaron sobre los hombres de Sensei que le llevaban puntualmente a la fría tumba de K en el cementerio Zoshigaya.  Traición, cobardía celos, todo se concentra y crea un nuevo carácter, un nuevo ser en Sensei. En la misma medida que la transformación de Sensei se producía, el final de K le atrae. Querrá seguir el mismo camino, es un pensamiento constante «Desde entonces , a menudo he sentido la amenaza de una fuerza terrible. Al principio lo atribuí a una fuerza externa abrumadora, pero a medida que pasó el tiempo, empecé a pensar que esa sombra moraba en mi interior ya desde el día de mi nacimiento«, crecía la confusión de los motivos del sacrificio de K, que compaginaba con la confusión de esa caída libre hacia el abismo en la que se encontraba. Los veía como dos hechos aislados … o no (percibimos al confuso Yo) ¿Qué lo impedía? Su mujer,  Ojyosan, el respeto que le tenía y no dejarla viuda con todo lo que ello representa en ésta cultura, pero también, creo,  el respeto a su mujer es el respeto a K.
El sacrificio ritual del General Nogi, (recordemos cómo este hecho también fue fundamental en la decadencia del padre de Yo), es la espita para tomar la determinación, que ya está tomada, sólo como excusa: la acción de un hombre honorable con una muerte honorable para el japonés tradicional…pero también hay cierto aire de derrotismo, su incapacidad de asumir sus acciones. Es lo que le escribe a Yo en aquella carta leída en un tren que sigue su rumbo, inconsciente como objeto inanimado, donde se relata el rumbo y el destino de un ser humano y todo lo que supuso: las decisiones o no decisiones tomadas en algún momento de su vida. Somos lo que hacemos o hacemos lo que somos…Sensei o K …esos son los interrogantes. Muchas preguntas, muchos comportamientos cuyas causas no son totalmente definidas al lector. Un libro para pensar , preguntar y responder…o no.
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NATZUME SOSEKI   夏目漱石

Nacido como Natsume Kinnosuke en la ciudad de Babashita, de unos padres ya mayores, su madre tenía cuarenta años de edad y su padre entonces cincuenta y tres. Cuando nació, ya tenía cinco hermanos. La situación de un nacimiento tardío supuso cierta vergüenza en la tradicional familia Natzume. En 1868 una pareja sin hijos, Shiobara Masanosuke y su esposa, lo adoptaron  (recordemos la vida de K) hasta la edad de nueve años, cuando la pareja se divorció. Esto conllevo la vuelta de nuevo a casa de sus padres que lo recibieron como una molestia. Su madre murió cuando él tenía catorce años. En 1887 murieron los dos hermanos mayores, hechos que intensificaron  la sensación de inseguridad que transmitió a su obra.
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Sōseki asistió a la escuela en Tokio,  en la que se enamoró de la literatura china , y  ya se imaginaba a si mismo como  escritor. Interés que surgió a la edad temprana de 15 años confesando a su hermano el gusto por literatura.  Sin embargo, su familia desaprobaba fuertemente este interés, y cuando Sōseki entró en la Universidad Imperial de Tokio en septiembre de 1884 , fue con la intención de convertirse en arquitecto. A pesar de  preferir los clásicos chinos , comenzó a estudiar Inglés con la sensación de que podría resultarle útil en su futura carrera.
En 1887, se reunió Sōseki con Masaoka Shiki , un amigo que le daría el aliento necesario para convertirse en escritor. Shiki le enseñó el arte de componer haikus . A partir de este momento, comenzó a firmar sus poemas con el nombre Sōseki, que es un dicho chino que significa «terco». En 1890, ingresó en el departamento de Literatura Inglesa, y rápidamente dominó el idioma Inglés.  Sōseki se graduó en 1893, y se inscribió por algún tiempo como un estudiante graduado y profesor a tiempo parcial en la Escuela de Tokio.
En 1895, Sōseki comenzó a enseñar en la escuela secundaria de Matsuyama en Shikoku , que se convirtió en el escenario de su novela Botchan . Junto con el cumplimiento de sus obligaciones docentes, Sōseki publicó haiku y la poesía china en una serie de periódicos y revistas. Renunció a su cargo en 1896, y comenzó a enseñar en la Escuela Superior  en Kumamoto . El 10 de junio del mismo año, se casó con Kyoko Nakane
En 1900, el gobierno japonés envió a Sōseki para estudiar en Gran Bretaña como «primer estudioso de la literatura Inglésa- japonesa de Japón».  El visitó Cambridge y se quedó una noche allí, pero renunció a la idea de estudiar en la universidad porque no podía permitirse el lujo con la beca concedida por el gobierno. Estudió por tanto en la  University College de Londres (UCL). Tenía unos malos y mineros recuerdos de su vida en Londres, pasando la mayor parte de sus días en el interior de su habitación enterrado en libros que incluso sus amigos temían que pudiera estar perdiendo la cabeza.
Vivió en cuatro alojamientos diferentes, aunque sólo en la última de las cuales, compartiendo casa con Priscilla Leale y su hermana Elizabeth, en Clapham, fue satisfactoria. Cinco años más tarde, en su prefacio a Bungakuron (La Crítica de la Literatura), escribió sobre éste período: «Los dos años que pasé en Londres fueron los años más desagradables de mi vida. Entre los caballeros ingleses vivía en la miseria como un pobre perro que se había perdido entre una manada de lobos«.
A pesar de la pobreza, la soledad y los problemas mentales, allí en Londres solidificó su conocimiento de la literatura Inglesa durante este período, por lo que regresó al Imperio del Japón en enero de 1903. Tras un período en diferentes puestos académicos, llegó a ser profesor de literatura Inglesa en la Universidad Imperial de Tokio, donde impartía teoría y crítica literaria .
La carrera literaria de Sōseki comenzó en 1903, cuando contribuyó al haiku, renku (haiku de versos encadenados), haitaishi (verso encadenado de un tema conjunto) y bocetos literarios para revistas literarias, como el destacado Hototogisu, editado por su antiguo mentor Masaoka Shiki, y más tarde por Takahama Kyoshi. Sin embargo, fue el éxito de público de su novela satírica Soy un gato en 1905 lo que le valió la admiración pública, así como el reconocimiento de la crítica. soseki2
Siguió en este éxito con historias cortas, como Rondon a ( «Torre de Londres») en 1905 y las novelas Botchan ( «Pequeño Maestro»), y Kusamakura ( «hierba de almohada») en 1906, que estableció su reputación, y lo que le permitió dejar su puesto en la universidad  para comenzar a escribir a tiempo completo. En 1914 escribió Kokoro, su obra cumbre. Parte de su obra trata de la relación entre la cultura japonesa y la cultura occidental. Especialmente sus primeras obras están influenciadas por sus estudios en Londres. Comenzó a escribir una novela  un año antes de su muerte a causa de una úlcera de estómago en 1916.
Los temas principales en la obra de Soseki incluyen la gente común que luchan contra las dificultades económicas, el conflicto entre el deber y el deseo (un tema tradicional japones), la lealtad y la mentalidad de grupo frente a la libertad y la individualidad, el aislamiento personal y el distanciamiento, la rápida industrialización de Japón y sus consecuencias sociales, la crítica a la imitación de la cultura occidental de Japón, y una visión pesimista de la naturaleza humana. Sōseki tomó un gran interés en los escritores del grupo literario Shirakaba (abedul blanco). En sus últimos años, autores como Akutagawa Ryunosuke y Kume Masao se hicieron buenos seguidores de su estilo literario.

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4 respuestas a KOKORO de NATSUME SOSEKI

  1. Hola Olivia. Te felicito por el análisis de la novela. Ofreces un texto algo extenso que captura la atención del lector hasta el final. Muy importante que hayas dedicado unas líneas para explicar el contexto en el que se desarrolla la historia. Resulta grato leer esos fragmentos del texto en medio de tu análisis y comentarios.
    Luego de leer lo que muestras de los personajes solo queda remitirnos a las páginas de Kokoro e internarnos en su lectura.

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  2. También deseo mencionar que las imágenes que acompañan el texto me parecen excelentes.

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  3. Pingback: PRESENTACIÓN: La lectora “enferma” | Sueños de papel y lapiz

  4. Muchas gracias, están elegidas con la clara intención de «visualizar» la novela, naturalmente como yo la veo o percibo. Lo que me queda claro que para leer esta novela, hay dos opciones una es abrir la mente occidentalizada y etnocéntrica, o segundo, por lo menos tener ciertos conocimientos de la cultura japonesa, ya que podemos caer en el sin sentido de los hechos que en ella suceden, pues son tan japoneses. Soseki quería transmitir esa diferenciación, si no sabemos cuáles son los rasgos diferenciados de uno u otros espectro ¿Cómo vamos a entenderla?. Es mi opinión, por tanto, conlleva cierta confusión e incomprensión. La crítica deberá partir de comprender los hechos, no en puntos de vista occidentales (que por desgracia tendemos a utilizar cuando leemos literatura no europeizada), sino desde un punto de vista, quizás no japonés porque es difícil, pero sí abierto a que es una literatura de una cultura muy, pero que muy diferente.

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